Mamá, frío, miedo

Llevo varios meses siendo testigo de ciertos fenómenos extraños. Y sí, me refiero a un Expediente X digno de que Mulder y Scully investiguen con urgencia, con urgencia para mí, antes de que me vuelva majareta u argo.
Resulta que desde que nos vinimos a vivir aquí (hace año y medio ya) el piso de al lado ha estado siempre vacío. Y de repente, una noche hace unos meses, mientras estaba tranquilamente viendo la tele... ¡el llanto de un bebé! Al principio pensé "¡joder, qué suerte la nuestra! A un lado la mujer con la voz más potente del mundo, abajo los bailasalsas, arriba los de "este mueble aquí no, mejor allí" y el único espacio silencioso lo ocupa el bebé llorón". Menos mal que es un llanto flojito y que solo se escucha desde el salón, eso sí... precedido de diversos movimientos de muebles y portazos.
¿Y dónde está aquí el fenómeno extraño? Pues bien, esos lloros y esos ruidos solo se escuchan por la noche, el resto del tiempo no se escucha nada más... ni voces ni "huyy, que le pasa a mi pequeñín", ni nada de nada. Pero es que además el piso del que procede en cuestión tiene todas las persianas de la casa bajadas y, en estos meses de investigación, esta es la hora que estoy esperando ver entrar o salir a alguien.
¿Me han tocado los vecinos fantasmas o qué? ¿Lo hacen adrede como método de estudio de comportamiento humano? ¿Serán unos traficantes que se esconden de la pasma?
No sé... pero a mi me tienen tan acojonadita que en cuanto el xiquet se va a dormir, yo al ordenador... lejoooos, lejos!

Ancha es, doy fe

Ya estoy aquí. En realidad lo estoy desde hace días, pero las vacaciones tienen estas cosas... desapareces, sales, entras y aprovechas para hacer un millón de cosas que durante el resto del año directamente omites.
Estos días perdida han sido como un golpe de aire fresco de los buenos, he recargado pilas y aún me quedan dos semanitas más para seguir recargando hasta volver a currar.
Para empezar mi miedo al coche ha desaparecido ya por completo. Y es que 1.800 kilometros dan para eso y para más... así que, después de 11 años de carnet de conducir y los 3 últimos sin apenas coger el coche, vuelvo a ser una conductora de primera, bien por mi! Y como conductora quejarme de las obras madrileñas, por dios! que atravesar Madrid a la primera sin equivocarte en ninguna salida es misión imposible (mi admiración más sincera a los allí residentes), bastante difícil lo tenemos ya los que no estamos acostumbrados a tanta eme junta como para encima que nos mareen más con las líneas amarillas y los paneles informativos que surgen de la nada.
Y dicho esto... ¡qué rebien me lo he pasado! Y la de sitios bonitos que hemos podido visitar... la de lugares que hemos pateado, pueblos como Pedraza, Sepúlveda, Coca, La Alberca, Béjar, Ciudad Rodrigo y unos cuantos más de esos perdidos. Y por supuesto Salamanca y Segovia, con paradita en Ávila para ver esas impresionantes murallas. Pero lo mejor de todo el viaje los pinchos, esas costillas ricas del Jose Mari (no me atreví con el cochinillo, animalito), y esos ibéricos buenos de la zona de La Alberca... por dios, qué gula!! Con el hambre que tengo ahora... estooooo... me las piro a hacerme una clarita con lomo embuchaó de La Alberca con vuestro permiso :P

Ancha es Castilla...

... o eso dicen, y es por esto que allá que nos vamos mañana a comprobarlo en nuestras carnes.
Hoy empezamos ambos dos las vacaciones, ya tenemos la maleta hecha y todo preparado para emigrar hacia lo desconocido y perdernos por esos pueblos con encanto que inundan la España profunda.
Haciendo la maleta me he dado cuenta de un pequeño detalle... no tengo ni un solo par de zapatillas de deporte (bambas, deportivas o como queráis llamarlas :P). ¿Cómo es posible? ¿Estarán aún en casa de mamagala? ¿Se habrán desintegrado con el calor? Porque os juro que yo tenía... no se dónde, pero tenía.

En fin, estaré de vuelta la semana que viene contando detalles... a pasarlo bonito!

PD- Para las curiosonas diré que ya tengo un buen cargamento de pilas dentro de la maleta... ja! esta vez no me pillan con el culo al aire!

Va de buhos la cosa

¡¡Ya me han adjudicado otro búho!!
Y es que, para el que aún no lo sepa, mi pequeña buhita adoptada murió atropellada allá por el mes de abril (un minuto de silencio, por favor) provocándome un trauma tal que estuve un mes de luto por tan sentida pérdida. Cosa que, por otro lado, me hace pensar seriamente que los animales no están hechos para mí, ya que si no contamos a Goku (mi hámster inmortal que vivió tropecientos años) la media de vida de un animal en mis manos asciende a la nada insignificante cifra de 7 meses. Es para planteárselo.
En fin, iba diciendo que tras el mes de luto correspondiente decidí apadrinar otro búho, y me ha vuelto a tocar buhita... la buhita Pitisuis, aunque también podríamos llamarla Tovalloleta mismamente, por poner otro nombre asín... al azar. Y es que queridos amig@s, casualidades de la vida, han ido a adjudicarme ni más ni menos que a la misma buha que a Toayita... como quien no quiere la cosa, que digo yo que poco futuro le ven a la pobre criatura para hacernos madrinas a las dos perlas mano a mano. Y así, Tovallosuis tiene a mamá Toya y a mamá Gala a partir de ahora, y es una buha fea, pero fea de cojones... para que engañarnos, que ni el amor de madre es tan ciego como para negar tanta evidencia junta. Una buhita inquieta, eso sí, porque dispersa es un rato largo (cosa que ha debido heredar, obviamente, de su otra mamá adoptiva) y no hay manera de que se esté quietecita un momento en un rincón del bosque, y cuando por fin encuentra un sitio donde asentarse en amor y compañía con otros de su especie, resulta que el resto de búhos de la zona me la echan y me la marginan... cual buha con la peste.
En serio, esto de los búhos adoptivos será un camelo... pero mira que me hacen de sufrir con tanto búho gafe y repudiado que me toca.
Y a modo de grito desesperado solo puedo decir: ¡¡Fajolo, haz el favor de procrear y darme un buhito tuyo pa que lo cuide... hombre ya!!