Ya estoy aquí. En realidad lo estoy desde hace días, pero las vacaciones tienen estas cosas... desapareces, sales, entras y aprovechas para hacer un millón de cosas que durante el resto del año directamente omites.
Estos días perdida han sido como un golpe de aire fresco de los buenos, he recargado pilas y aún me quedan dos semanitas más para seguir recargando hasta volver a currar.
Para empezar mi miedo al coche ha desaparecido ya por completo. Y es que 1.800 kilometros dan para eso y para más... así que, después de 11 años de carnet de conducir y los 3 últimos sin apenas coger el coche, vuelvo a ser una conductora de primera, bien por mi! Y como conductora quejarme de las obras madrileñas, por dios! que atravesar Madrid a la primera sin equivocarte en ninguna salida es misión imposible (mi admiración más sincera a los allí residentes), bastante difícil lo tenemos ya los que no estamos acostumbrados a tanta eme junta como para encima que nos mareen más con las líneas amarillas y los paneles informativos que surgen de la nada.
Y dicho esto... ¡qué rebien me lo he pasado! Y la de sitios bonitos que hemos podido visitar... la de lugares que hemos pateado, pueblos como Pedraza, Sepúlveda, Coca, La Alberca, Béjar, Ciudad Rodrigo y unos cuantos más de esos perdidos. Y por supuesto Salamanca y Segovia, con paradita en Ávila para ver esas impresionantes murallas. Pero lo mejor de todo el viaje los pinchos, esas costillas ricas del Jose Mari (no me atreví con el cochinillo, animalito), y esos ibéricos buenos de la zona de La Alberca... por dios, qué gula!! Con el hambre que tengo ahora... estooooo... me las piro a hacerme una clarita con lomo embuchaó de La Alberca con vuestro permiso :P
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