Menuda semanita llevo! No hago más que recibir señales de que trabajar es malo para la salud, pero que muy malo.
He estado toda la semana enferma, ayer sin ir más lejos pasé un día realmente horroroso. Por suerte parece que algunos de mis males van remitiendo. Eso de no tomar medicamentos (salvo paracetamol) durante 12 años tiene su punto, y es que cuando ya no puedes más y tu cuerpo te dice algo así como "o te dopas o mueres" ya no hay escapatoria. Antibióticos. Ese gran desconocido para mi organismo me ha hecho un efecto casi inmediato. La parte positiva, que me encuentro mucho mejor. La parte negativa, que no creo que me acuerde de todas las tomas y la acabaré fastidiando casi seguro.
Además de esto, queda por comentar el tema del incendio.
Y cuando digo incendio lo digo en el sentido amplio de la palabra, vamos un incendio como dios manda... con sus 3 camiones de bomberos, sus mangueras, sus llamas, su humo y su edificio desalojado.
Esto ocurrió el jueves en el edificio donde trabajo (ya dije que trabajar era malo para la salud???) Nos asustamos bastante porque las oficinas que se incendiaron estaban en el primer piso y nosotras estamos en el quinto, el rellano estaba llenísimo de humo y no sabíamos si podríamos bajar o sería demasiado tarde. Afortunadamente, después de que el bueno de mi compañero diera las 5 vueltas a la llave de la puerta (por si nos robaban algún ordenador o la fotocopiadora, ves a saber), conseguimos bajar conteniendo la respiración y medio cerrando los ojos. En ese momento llegaron los bomberos y 45 minutos más tarde se marchaban. En las oficinas del primero no ha quedado nada salvo unas bonitas paredes bien negras. Yo aún no he conseguido quitarme ese olor a chamuscado. Tremenda aventura!
Y, para terminarlo de apañar, me he quedado sin la semana de vacaciones que me quedaba (la que viene) por una baja inesperada. Así que, definitivamente, no he tenido una buena vuelta al cole, para nada.
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