La semana pasada haciendo la compra me sorprendí a mi misma cambiando de detergente para la ropa llevada por la nostalgia.
Qué de recuerdos!!! Aquellos días de juventud en los que mis salidas de casa durante varios días estaban marcados por esa botellita tamaño mini de Gior para lavar a mano las prendas íntimas, ese aroma inconfundible y ese frotar y frotar. Ains!
Fue por esto, y no por ningún otro oscuro motivo, que cuando ví la botella en el estante (a juego con una botellita también mini de rollon quitamanchas by the face) no pude resistirme a la tentación de llevarlo a casita conmigo bajo el brazo.
Pues bien, ayer tuve el inconmensurable placer de estrenarlo y ya veremos si no me toca comprarme una lavadora nueva... porque, efectívamente (y doy fe), el Gior es una pasta, ya me dí cuenta al ponerlo que un poco más sólido de lo normal si que era, pero es que al abrir la lavadora por la noche me encotré con que se había desarrollado una masa cementil en el depósito que voy a necesitar martillo y cincel pa despegarlo. Así que la ropa debió lavarse solo con el suavizante y el calgonit de turno, nostamal! Y, pa rematar, no solo me ha bloqueado el depósito del detergente... es que además el jodío Gior de los webs ha ido dejando un reguero por las afueras del tambor que me ha enguarrado media colada. Todo un éxito!!
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