lunes, julio 25, 2005

Al ladrón!

Un viernes atípico, poco trabajo, poca gente, Xon y yo mirándonos los jetos mientras buscábamos la manera de que pasaran los minutos de la forma más rápida posible, lo que viene siendo un aburrimiento total, amos.
Y una noche también atípica para las oficinas.
A las 21.30 cerramos el chiringuito y nos disponemos a comenzar un merecido fin de semana.
No mucho más tarde alguien desciende sigilosamente por el deslunado y entra en nuestra sala de descanso. Me imagino a un chico ágil, vestido de negro, con pasamontañas y guantes, haciendo piruetas para poder entrar por la ventana sin tropezarse con las miles de sillas que allí se amontonan. Demasiadas peliculas.
Sale de la sala de descanso y se encuentra con esto:

Cati

Un primer pensamiento fugaz recorre su mente ¿ande leches me he metido yo a robar?, para haberle visto la cara.
Deja pasar unos segundos, recupera el aliento y la compostura y se dispone a realizar tan ardua tarea que le ha llevado ahí. Se desliza sutilmente por los pasillos realizando un rápido barrido de objetos dignos de ser transportados. Nada que pueda cargar. Recorre los despachos, revienta puertas y cajones. Sus ojos se nublan ante la visión de tanto pinganillo roto y tanta guía de teléfonos, eso está claro. Pasa por alto un móvil y un walkman.
Noventa ordenadores, cuatro impresoras, tropecientos telefonillos y un servidor que vale millones. Y sigue siendo nada.
Deprimido y desolado sale por donde ha entrado con las manos vacías. Está claro que eligió un mal día para dejar de fumar.

Hace falta ser desgraciado.

Actualización: Pos parece ser que no, de guantes nada. El individuo en cuestión ha dejado todo llenito a rebosar de huellas. Encima inútil!

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