Hoy he aparcado a la Chindes por primera vez en la guardería, mi apéndice volará solita por esos mundos peligrosos llenos de niños a partir de ahora. Como soy una blandengue y he empezado a llorar a moco tendido antes incluso de salir de casa, ha sido el Xiquet quien ha tenido que hacer de hombre duro y entregarla a la profesora.
El espectáculo de las mamás en la puerta de la escuela como si nos hubieran arrancado un brazo no tenía precio... quien me iba a decir a mi que yo sería una de ellas!!!
A todo esto, la pequeña Chindes se ha ido de lo más pancha... seguro que se lo pasa pipa y que nos odia de por vida por traerla de vuelta a casa :P
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