Cotilleando algunos blogs me he encontrado con Toc, toc... se puede? y su post sobre los coleccionables.
No sabéis lo duro que es disponer de un kiosco, sobre todo en época de coleccionables. De esta última oleada ya he acogido en mi hogar un North American P-51D Mustang (también llamado avioncito de plástico de un palmo) y dos DVDs: Chicago y El Pianista. Eso de momento.
Y no digamos nada de todo lo que ya tenía acumulado (y distribuido por otros lares, je!). Todo empezó con la primera Casa de Muñecas en coleccionable que salió al mercado hace ya 7 u 8 años. Ahí está,125 trozos de madera sin montar guardados en un cajón de casa de mis padres... mami, no te quejes, que al menos me traje los fascículos. Mmm... creo que de esa colección solo llegue a montar 4 sillas y una mesa, todo un éxito.
Desde entonces me he dedicado a coleccionar los primeros números de diversas colecciones: Ositos de peluche, velas, películas y libros variados y bolas de cristal del mundo: la primera era de París :-)
El año pasado empecé de nuevo: volvían a mi vida las Barriguitas de Famosa en entregas quincenales (comentemos la barriguita hawaiana, qué monada!). Ahora tengo 50 Barriguitas que me aguardan impacientes en el sótano del kiosco. También inicié la colección de dvds de Friends, imprescindible, y que este año vuelve con nuevas temporadas.
Y para terminarlo de apañar, no olvidemos las colecciones de los periódicos... otras que tal! De estas he recogido la de El País de libros Clásicos de Aventuras, una colección de cds de informática y utilidades de El Mundo, un montón de dvds de pelis de esas que van saliendo en distintos diarios y, para terminar, las vajillas y vasos de Provincias y Levante.
Mmm... bien mirado, con todo esto no es de extrañar que mi casa parezca un almacén.
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