Como algun@s sabréis mi piso tiene un pasado, una especie de halo misterioso que no se sabe muy bien qué es.
Empezó la cosa con aquellos llantos del bebé fantasma del piso de al lado, llantos que de vez en cuando todavía oímos, aunque tengo que reconocer que dada mi capacidad recién adquirida de dormirme en cero coma, yo personalmente hace tiempo que no escucho soniditos de reclamo que no sean los que me pertañen.
Más tarde llegaron a nuestras vidas Pelayo y Federico... mis queridos fantasmas reflejados en la tele durante aquella foto casual, y para terminarlo de arreglar estuvo la famosa a la par que misteriosa aparición de patatas a tutiplen, un mes comiendo patatas nos pasamos.
Ahora los fenómenos extraños se han apoderado del tendedero. Sí, sí... como lo oyen. No se qué le ha dado a mi tendedero que de repente se dedica a escupir la ropa. Primero fue un tanga mío de un conjunto negro estupendísimo de la muerte, luego una camisetita de la peque, la semana siguiente un calcetín y ayer un babero. Encima lo hace a mala baba el jodío, porque siempre van a parar a sitios inalcanzables, así que se está dedicando a redecorar el patio de luces con mi ropa (ya postearé foto como muestra de estilismo). De todo el ajuar sólo pude recuperar la camiseta, aunque más bien la recuperó el xiquet... y sus sudores le costó, que para haberlo visto.
Y todo esto venía a que anoche cayó en mis manos una revista de hace un par de meses donde hablaban de la existencia de un espectro en el Palau de la Generalitat de Valencia, aquí tenéis la noticia más detallada. Y automáticamente mi mente empezó a darle vueltas a si Pelayo se había mudaó al tendedero y Federico al Palau de la Generalitat o viceversa... y si les dejarían patatas en el patio como seña de identidad o simplemente querían saludar a la cámara. Y luego está el tema de encontrar la relación entre su inesperada aparición en el edificio oficial (y pegaó a la catedral) y el hecho de que estuviera a punto de venir el Papa a la city. Pa mi que el colectivo fantasmal envió a Federico a aparecerse al Papa para reivindicarle un plus por envíos patatiles varios, el Papa dijo que no y de ahí mi tendedero embrujado a modo de queja.
Qué rayada, por dios! :P
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