El silencio es un privilegio del cual puedo disfrutar en muy raras ocasiones, casi siempre sola y a altas horas de la noche como en este preciso instante. Me encanta esta sensación de tranquilidad que me proporciona, esa paz interior, poder pararme un segundo a pensar en lo bueno y lo malo del día, de la semana y del mes si hace falta. Aunque lo más importante que he aprendido del silencio es que me sirve de vía de escape, que cada día que pasa controlo más mi mente y soy capaz de desconectar del agobio laboral sumida en ese vacío. Y eso he hecho esta semana... quedarme quietecita y en silencio en mi rincón a modo de reflexión, lo necesitaba.
A principios de esta semana me comunicaron que no había sido la elegida para el puesto de trabajo. No voy a decir que no me hacía ilusión, pa qué mentir! Tenía y sigo teniendo unas ganas enormes de cambiar de trabajo y ese en concreto me apetecía de verdad. Al principio me quedé un poco chafada, aunque ahora ya está asimilado y digerido del todo y prefiero pensar que si no lo he conseguido es porque no era para mi... ya saldrá otro mejor, ¿no? Mientras tanto seguiré donde estoy, eso sí... al menos me han comunicado una buena noticia en mi curro, subida de categoría (manteniendo mi puesto actual) y por lo tanto precio superior. Menos da una piedra.
Durante estos días, para contrarrestar esa sensación de desilusión temporal, me he pasado las noches abrazadita a mi xiquet mientras hacíamos maratones de Friends (gentileza de la Guni, como no) y nos echábamos unas risas sanas que falta hacían. Mañana cambia de turno, así que hasta el viernes por la noche no lo vuelvo a ver despierto (exceptuando el domingo por la tarde, menos mal), seguramente ahí radica el buen funcionamiento de nuestra relación... en vernos semana sí semana no, y aún se extraña la peña cuando les digo que no discutimos nunca, que ya me dirán cuándo vamos a discutir si no nos vemos casi. Aunque la realidad es que mi xiquet es un santo varón... que yo soy muy puñetera y a él lo tengo frito pobrecito mío.
Pos na, lo dicho, que ya estoy en forma para timbas pictóricas y lo que haga falta y sea menester. Mañana tempranito iré a Correos a recoger un paquetito sorpresa de mi buena Ede, intrigadita me tiene esta moza. Y ya que estamos en la calle, pues me recompensaré a mi misma con alguna que otra compra... que eso dicen que funciona de maravilla pa terminar de subir los ánimos, por eso y porque... ¿cómo diría Toyita, cómooooo?... ahhhh, sí... porque yo lo valgo!!! eaaaaaa!
Besitos y feliz finde!
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