viernes, junio 09, 2006

Erase una vez una viejecita...

Bueno, bueno, bueno... traigo noticias frescas!
Soy consciente de que no todo el mundo conoce la fascinante historia que hoy me arrastra a escribir estas líneas en cuestión, así que haré un resumen o similar del tema en sí.

Empecemos por centrar geográficamente a la peña. Valencia, bonita ciudad, playa, solete, un casco antiguo bastante decente, una Ciudad de las ciencias de lo más atrayente y... una abuelita pidona y con mala leche a un agujero negro pegada.
Todo empezó un bonito día de marzo el año pasado, cuando la Gunis y yo misma dejamos abandonadas a su suerte en medio de la ciudad a Iodenilla y Toya. Allí estaban ellas, perdidas en busca de un estanco que jamás encontraron y dándose de bruces con la plaza del ayuntamiento y, en consecuencia, con la vieja cada cinco minutos (el sentido de la orientación de una de ellas es posible que ayudara bastante, je!). Y así fue como la plaza se convirtió en un agujero negro y la abuela en el ser que no había conseguido salir de allí. Vamos, que desde entonces ha sido punto de partida de visitas guiadas y todo... a su izquierda el Ayuntamiento, a su derecha Correos y ahí delante tenemos a la vieja, oleeeeeeeeee!!!




Y así continuó todo hasta que estas navidades pasadas, un día como cualquier otro, la vieja desapareció misteriosamente sin dejar rastro. El simple hecho de recordarlo me entristece, qué disgusto y qué sinvivir... desde ese día siempre que pasaba por allí miraba el hueco ausente que había dejado la viejecita.
No queríamos asimilarlo, sólo pensar que la habíamos perdido para siempre nos ponía los pelos como escarpias, pero teníamos que hacernos a la idea. Ya no estaba allí, de algún modo inconcebible a nuestro entender había logrado salir del agujero negro.

Hoy, querid@s mí@s, después de comer con la Gunis en el mismo agujero negro en señal de duelo por la vieja que nos había roto el corazón, hemos dado una vuelta a la plaza en su honor... porque ella no se merecía menos, claro que sí. Y a la que vamos a pasar por delante de Correos... tatatachaaaaaaaaaaán!!!! allá que estaba la vieja bajo un árbol!!!! Qué alegría, qué festín, me ha faltaó el canto de un duro para lanzarme encima y achucharla y todo, con eso que diga ya se pueden hacer una idea de la emoción vivida. Eso sí, la mujer debe haber ido a una estilista o algo porque ha cambiado su atuendo de negro integral a parcialmente negro con pañuelico en la cabeza blanco con estampados... más veraniego, como dios manda!
Y ante tal felicidad, no podía dejar pasar la ocasión de dar la buena nueva a más de una que lleva sufriendo por la abuela desde entonces... sí, vive... y ha vuelto al agujero negro! Esperemos que no se nos vuelva a escapar :P
Y a los que aún no tengan el gusto de conocerla, no dejéis de visitarla... jura en araméo que es un primor :)

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