domingo, enero 23, 2005

Lo que prometía el sábado...

... y lo que salió!
Para empezar el viernes por la noche no había forma de que mis ojos se cerraran y mira que cuando tengo que madrugar me mentalizo expresamente para conciliar el sueño. Pues no hubo manera, que eran las 2 cuando me acostaba y aún me pasé dos horas mas dando vueltas en la cama... que estuve a un plis de despertar al xiquet para que me contara algún capítulo trekky de los suyos a ver si así hacía como el Palomino del Buenafuente y me dormía ipso facto presa del aburrimiento, por suerte no tuve que llegar a esos extremos. Tres horas después de caer en los brazos de Morpheo empiezan a sonar todos los dispositivos de alarma de los que dispongo, programados estratégicamente para que cada uno suene a una hora distinta y me pueda hacer a la idea del tremendo madrugón, bueno... todos no sonaron, que el xiquet que se encarga de darme el último toque con unas cuantas llamaditas de teléfono (a la tercera o cuarta es cuando me entero, eheeem) esta vez me ha fallado. Total, consigo espabilarme, asearme y esas cosas y decido que no hace tanto frío como para coger mi super bufanda naranja, gran error que descubro minutos más tarde cuando me paso 15 minutos esperando el bus. Bien, pues llego al trabajo congelada y sin bufanda y ¡oh, dios mío! la puerta del patio está cerrada y yo no tengo llave... menos mal que en estos casos siempre entramos por el garaje, eso sí... el garaje queda justo al otro lado de la manzana. Voy p'alla, y cuando llego descubro que el garaje también está cerrado. Estupendo!! Las 8.15 de la mañana y yo aquí en medio de la nada, sin un alma en la calle, en pleno estado de hipotermia y cagándome en toooo!!! Bueno... aún hay esperanza, veo un botoncito cual timbre al lado de la puerta automática... ahora si que sí, ahora es cuando llamo y me abre el portero de guardia, ahora es cuando... una hora más tarde y 3 o 4 cigarros menos en el paquete... el timbre fundido y no hay señales de vida humana ahí dentro, echo de menos a mi bufanda naranja y el frío ha dado un tono morado a mi piel y en eso, cuando estaba a puntito de ponerme a berrear y patalear, aparece un coche cuyo amable conductor presiona un botoncito de un mando y se abre milagrósamente la puerta, la misma puerta que me ha dado tiempo a aprenderme de memoria, esa puerta con la que seguramente tendré unas cuantas pesadillas. Ole!! Estoy dentro!!!! I can't believe it!
De verdad, que sinvivir! Yo que quería llegar pronto para salir antes (las 2 horas que iba a pasar allí se han transformado misteriosamente en 5) y al final he acabado saliendo a las 14.00 a punto y hora de comer.
Y ya en casa, a punto de dormir una buena siesta de dos o tres horas, empiezo a zappear y me encuentro con Los Puentes de Madison... por qué?? por qué hoy??? Así que obviamente me he enganchado a verla y mi siesta se ha reducido a una miserable cifra de 30 minutejos, snif snif.
Algo más para terminar la jornada? Pues sí, el xiquet y yo hemos jugado una partidita al Pictionary y me ha ganado... con la experiencia que tengo con el iSketch que no dibujo nada bien pero la peña me entiende, oye! Y él na, que no había manera de que acertara la palabra FILA... claro, que tal y como me ha ido el día era de esperar.

Mañana (o sea, hoy) casi que me quedo en la camita todo el día. Eso si consigo dormirme, que con las horas que son estoy de lo más espabilá.

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