Por fin he conseguido ponerme un poco al día... bueeeeno, vaaale, aún me quedan 32 correos por leer, poquet a poquet.
Al menos he cumplido con las demás taréas. Lo del cambio de ropa ha sido más rápido de lo que imaginaba, igual es porque aún me queda algo en casa de mis papis, nose. Lo que sí que me ha costado sangre, sudor y lágrimas ha sido poner el nórdico, que si lo llego a saber me hubiera esperado a que llegara el xiquet y me echara una mano. Ha sido toda una odiséa, además... ¿a quién se le ocurre dejar una ranurita de medio metro en una funda nórdica de 240cm para meter semejante monstruo? Vamos, podrían ponerle una cremallera, botones, corchetes... yo que sé, pero dejarla así es de tener mala baba, hombre! Me veo que pa cuando cambie las sábanas voy a dar un tijeretazo al bajo que se va a enterar. Y claro, después de introducir como buenamente he podido (hecho un boñigo) el edredón en la funda, hacer que el elemento en cuestión llegara a todos los puntos de la cama no ha sido tarea fácil, nonono. Que al final me ha tocado clavar con agujas las esquinas superiores porque sino se me escurría todo. Un show que espero no se vuelva a repetir... ya me encargaré yo de eso.
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