Noticia leída hace unos días nosedónde.
Parece ser que durante el Festival de la Cerveza de San Wenceslao, la política sanitaria de Praga tuvo una brillante idea para aumentar la captación de donantes de sangre: a cada ser humano que donaba sagre le obsequiaban con una cervecita y una suscripción anual a una revista especializada en cervezas. Obviamente acudieron multitudes, no solo de Praga sino de todas las provincias cercanas. Éxito total.
Ahora imaginemos que la Ministra de Sanidad (es ministra o ministro?) de aquí toma ejemplo y hace idem de lo mismo. Todos donando como locos, puñetazos en la calle por conseguir una cervecita por la face. Sería un filón, y una borrachera segura... ¿a quién se le ocurre beberse una cerveza justo después de donar?
Menos mal que a mi no me gusta la cerveza!
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