Hace un año pensaba que cuando me independizara sería de lo más apañá, que haría mis comiditas y mis postres y todo estaría ordenado y limpio y todas esas cosas que mamá enseña mientras vives bajo su protección y su amparo. Nada más lejos de la realidad.
No es que sea un desastre de mujer, pero me aproximo mucho. En realidad solo dispongo de los fines de semana (y un ratito por la mañana, si me apuras) para eso que llaman tareas domésticas. La cuestión es que me gusta cocinar, pero no me gusta pasarme 3 horas preparando algo que luego desaparece en un suspiro. Es por esto que quiero brindar un homenaje a los productos precocinados. Esa pasta fresca que se prepara en 2 minutos mientras calientas la salsa en el microwave, esas albóndigas con tomate, esa merlucita de vuelta y vuelta y tantos otros tan recurridos por mi. Que por cierto, aún no he probado el arroz ese que viene en tarrinilla ya listo pa comer, mmm... que me acuerde esta semana de comprarlo. Amos, que si no fuera por toda esta superalimentación no se que sería de mi y del pobre xiquet (este si que huye literalmente a comer todos los días a casa de su mami, total... yo nunca como en casa)
Y esto viene a que hoy (o ayer) compré vasitos para hacer flanes, maticemos, flanes Royal... que tengo la cajita de Royal comprada desde hace 4 meses esperando a ser preparados algún año de estos. Así que mañana ya no tengo excusa, de postre flan.
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Andaaaaaa!!! Ehemmm... me acabo de acordar de que también he comprado flanes Danone hoy, ainsssss!
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